martes, 10 de junio de 2014

El Propósito de un Alma

 El anciano tose en su silla mientras pone una mano en su pecho y cierra los ojos con fuerza a causa del dolor; su salud ya no es lo que era, se debilita rápidamente. Mira alrededor y ve su antiguo y deteriorado taller, sus viejas herramientas sobre sus gastadas mesas de madera, sus antiguas paredes corroídas por la humedad, y su simple, por no decir escasa iluminación. Siempre fue un verdadero sentimental y nunca ha querido dejar de trabajar ahí, pero lógicamente ese es principalmente un lugar de reflexión, sí realiza algunos trabajos ahí, pero cosas menores, para los proyectos realmente importantes tiene sus otras instalaciones… en ese momento ve a su pequeño Tim acercándose lenta y torpemente hacia él.

Su Tim, su adorado hijo Tim. Bueno, su primer hijo solamente, porque había tenido muchos hijos más después de él, obviamente. Le encantaba conversar con ellos, lo hacían feliz y le daban la compañía que necesitaba; los amaba a todos, pero de distintas formas, eran todos distintos, pero todos lo trataban de la misma forma, y a él le encantaba eso. Tim trepó a la mesa y se sentó en ella, donde el anciano vio lo que tenía que hacer. Tomó su viejo destornillador y le ajustó ese pequeño tornillo en su brazo que siempre le fallaba.

Podría haber arreglado esa y otras fallas en Tim hace muchos años, pero nunca ha querido hacerlo; lo ama con sus pequeñas imperfecciones, le dan un toque de humanidad. Esa era la principal diferencia que tenía con sus otros hijos, ya que a diferencia de Tim, él no quiere que los demás se asimilen a los humanos, sino todo lo contrario, quiere que tengan todas las cosas de las que carecen los humanos, que no se cansen ni enfermen , que no se asusten ni acobarden, que jamás sean desobedientes.

Tim lo mira con expectación y se sienta en su hombro, sabe que llegó el tan esperado momento. El anciano se apoya en su bastón y con dificultad se pone de pie; cuando comienza a caminar sufre un ataque de tos y se tapa la boca con un pañuelo, cuando lo mira ve que hay sangre en él. Sabe que su tiempo se agota y que pronto morirá. Entra a la habitación de al lado y las luces se encienden solas. Es más grande que su taller y distinta en absolutamente cada sentido, es totalmente moderna, con máquinas y aparatos totalmente avanzados y una pulcritud que hace parecer que nunca haya entrado nadie ahí.

Sin perder tiempo se acuesta en la camilla que está al centro de la sala, se conecta electrodos en la cabeza y con ayuda de Tim se coloca distintos cables inyectados en distintas partes de su cuerpo. Siguiendo las órdenes de su voz la máquina principal se enciende y comienza a preparar el procedimiento. Le dedica una última mirada a Tim, quien se la devuelve con todo el amor del que es capaz y el anciano cierra los ojos, mientras todas las máquinas suenan y emiten distintos sonidos realizando su labor.

Cerca de una hora después de eso se da cuenta de que la operación ha sido un éxito al abrir los ojos, pero esta vez en un nuevo cuerpo, totalmente mecánico y ubicado en el gigantesco subterráneo de su taller justo donde lo dejó hace ya tiempo, de pie frente a todos sus hijos que lo esperaban desde hace años. Tim llega rápidamente hacia él, corriendo torpemente, y el anciano lo toma en una mano, colocándolo en su hombro. Se da la vuelta y observa a todos sus hijos, sus millones de hijos de distintos tamaños y capacidades, todos formados en filas y esperando que su padre les diga qué hacer. Les da una sola orden y empiezan a salir por la compuerta que está al final del recinto, dirigiéndose a la superficie, donde se extenderán en todas las direcciones aniquilando, sometiendo, y tomando posesión de todo el planeta, preparándolo para su padre, quien se encargará de gobernar este nuevo mundo con su pequeño Tim a su lado, su adorado hijo Tim.


(Imágenes: Vissyscrafts - Deviantart / Yo, Robot)